Ligero escote,
ceñida, talla M con un pequeño defecto de cosido en la axila derecha delatado
por un diminuto hilo colgando, nada
preocupante.
Elegida entre
otras muchas agraciadas para lucir un bonito estampado de tonos claros. No era
del gusto de su padre, jamás hubieran combinado.
En primavera comenzó su reinado en el
armario de una adolescente. Días de playa, fiestas nocturnas, roces con
camisetas varoniles, perfumes frescos, sudores dulces, manchas anónimas. Ritmo
frenético resumido en treinta y nueve lavados con sus centrifugados.
Tras dos primaveras, los días de gloria llegaban
a su fin. El estampado se agrietaba y el
color oceánico se deslucía. Otra ocupaba el trono y el destino era una veleta
que señalaba el cajón del olvido o el exilio de los trapos multiusos.
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