23 oct 2013

El gran ausente



Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. Se  miraban en silencio unos y otros. Sólo había ojos asustados pero no por las turbulencias que dejaban atrás. Recordaba sus paseos en familia por la playa, eso le tranquilizaba. Se abrieron las compuertas y comenzó el movimiento. Saltaban en orden rítmico, sin dudarlo. Todo iba muy rápido, no tenía tiempo de revisar su equipo.
Tras saltar pudo ver una gran cantidad de círculos grises descendiendo. Abrió el paracaídas, tocó su espalda y desgraciadamente comprobó que su fusil no viajaba con él. El destino era cruel, sólo deseaba estar junto al mar.

3 comentarios:

  1. Quien conoce la nubes y se abre a conocer el sol, comprende el baño interior, el baño del darse cuenta de una vida llena de vivencias, las turbulencias no es lo que dejamos si no lo que procesamos como vivencias

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  2. El equipo se revisa antes del embarque. Al avión ya subís completo. No se revisa el equipo arriba. Es imposible olvidarse el fusil porque el fusil no está suelto ni se deja apoyado en ninguna parte. Es lo mismo que se hubieras dicho que saltó pero se olvidó un brazo arriba del avión.

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  3. uffff se te queda mal cuerpo...
    Lo importante es la sensación que te causa, no la veracidad de la revisión del equipo....

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