30 oct 2012

Churretes




Llovía afuera y yo sin paraguas. La primavera intentaba sabotear mi primer trabajo. Sonreí ampliamente al retrovisor durante unos instantes, revisando que todo estuviera en orden. Bajé del coche y corrí chapoteando con mis zapatones los cien metros que me separaban de la casa. Llamé a la puerta empapado. Abrió un niño con un gorrito multicolor en la cabeza. Dibujé mi mejor sonrisa como carta de presentación.
 -      - ¡Hola amiguito! ¡Feliz cumpleaños! Soy…

 El crío corrió hacia el interior de la casa gritando espantado. El espejo del hall, que había frente a la puerta, reflejaba la imagen de un payaso con el maquillaje corrido, digno de una película de terror. El arco iris burlón, asomaba como una sonrisa multicolor. Alguien cerró la puerta bruscamente.

25 oct 2012

La fuente del páramo


La araña se mudó de rincón porque no quedaban insectos. Los insectos escaseaban porque la plantas se estaban secando. Las plantas se marchitaban porque no las regaban. El jardinero dedicaba  toda su atención a la enorme fuente que decoraba el centro del jardín. Destinaba toda el agua para abastecer a la fuente, desatendiendo el cuidado de las plantas, confiando en la ayuda de una lluvia que nunca llegaba.
Constantemente, la fuente perdía agua a raudales por las numerosas grietas de su estructura. Agua que se encharcaba estéril en el cemento que la rodeaba sin llegar a rozar la tan cercana tierra seca. En este grotesco escenario, el jardinero se negaba a reparar las grietas de la fuente, consideraba que ésa no era su labor.
La fuente perdía agua y las plantas perdían vida. Así murió el jardín de la fuente y nació la fuente del páramo.

Moraleja: Nuestro jardín está gobernado por jardineros de desierto.

4 oct 2012

Vivir del cuento



Hace mucho, mucho tiempo, el enano Pitoff se quedó sin trabajo. Todo empezó cuando se fugó de su cuento en un despiste del narrador. Ya lo había intentado anteriormente, pero sin éxito. Esa vez aprovechó un fallo en el desenlace (a párrafo y medio del fin) y consiguió escaparse.
En su aventura, se dedicó a despertar el caos en otros cuentos. Entre otras, sedujo a la princesa descalza, despertando las iras y celos del príncipe dorado. Emborrachó por duplicado al dragón de dos cabezas, que perdió la ferocidad frente a la espada del osado caballero. Abrió las puertas de las mazmorras, liberando al brujo oscuro y sus tiránicas maldiciones.
Pasó mucho tiempo hasta que los cuentos consiguieron recuperar el orden de su trama original.
Pitoff, aburrido de sus travesuras echaba de menos su cuento. Pero cuando intentó volver era demasiado tarde, un perro le había sustituido. Un perro que hablaba y hacía piruetas, se había ganado la aprobación de todos los personajes.
El antes enano intrépido Pitoff, estaba desempleado pero no desesperanzado. Día a día, fue dando forma a un nuevo cuento sin sospechar el futuro éxito de su creación. Le llevó tiempo pero al final encontró a la bella joven que necesitaba y al resto de los personajes. Ahora vive ahí, feliz en su propio cuento y de vez en cuando sonríe con nostalgia cuando recuerda el esfuerzo que le supuso encontrar a los otros seis enanos.